Contrariamente a lo que se suele pensar, reducir las calidades de los acabados no tiene un impacto tan grande en el presupuesto de construcción de una reforma como poner en práctica un conjunto de estrategias encaminadas a simplificar y reducir el alcance total del proyecto. 

Un problema habitual durante el diseño de la reforma de una vivienda es cuando llega el momento de preparar la primera estimación de costes y nos damos cuenta de que estamos por encima del presupuesto del cliente. ¿Qué hacemos entonces, desechamos por completo el diseño que hemos estado desarrollando y empezamos de cero? 

Creemos que antes de descartar el diseño debemos probar a reducir el presupuesto de construcción a través de algunas de las siguientes estrategias:

1.     Realizar el proyecto por fases. Por lo general, resulta más económico y menos complicado realizar cualquier reforma en una sola fase. Sin embargo, si el presupuesto ya no se puede ajustar mucho más y hay una parte de la vivienda que puede desligarse de la reforma principal, la ejecución por etapas podría ser un enfoque muy oportuno. Así sucedería, por ejemplo, si existen zonas exteriores como terrazas o patios.

2.     Concentrar el presupuesto en las zonas más públicas de la vivienda. Invertir más recursos en las zonas más públicas de la vivienda, mientras limitamos el gasto en las privadas, es otra estrategia muy acertada para reducir costes, especialmente cuando se plantea un diseño de cocina abierta al salón. Así, estaríamos asignando más recursos a las zonas de la vivienda que están más expuestas a las visitas y donde, a fin de cuentas, pasamos la mayor parte del día. Mientras, para compensar, en las zonas más privadas de la casa podríamos mantener la distribución existente y limitarnos a actualizar acabados. 

3.     Reducir la superficie de zonas húmedas. No todos los espacios de una vivienda tienen el mismo peso en el presupuesto de una reforma. Así, reducir metros cuadrados de las habitaciones o del salón no tiene el mismo impacto en el presupuesto que hacerlo en cocina y baños, que son las estancias más caras por metro cuadrado. La cocina concentra los elementos de mayor coste del proyecto, como son electrodomésticos, superficie de encimeras y acabados cerámicos, accesorios, fontanería o conexiones eléctricas. Algo parecido ocurre en los baños con los sanitarios, grifería, toalleros, mamparas, armarios, acabados cerámicos o la fontanería. Por otro lado, debemos tener en cuenta que no tenemos por qué alicatar íntegramente los cuartos húmedos, sólo las zonas que puedan estar más expuestas a salpicaduras y manchas. 

4.     Reducir la complejidad de la distribución. Frente a una distribución compleja, con ángulos, curvas y esquinas; una distribución sencilla se construirá más fácil y rápido. Así, se ahorrará tiempo durante la construcción de las particiones interiores, pero también posteriormente durante la aplicación de acabados en paredes y suelo. Además, cuando el diseño es sencillo, se reducen las posibilidades de cometer errores y aumenta la efectividad del proceso constructivo.

5.     Reducir el número de muros. Apostar por espacios fluidos y colocar puertas sólo donde la privacidad sea imprescindible permite ahorrar mucho más de lo que parece. 

Se puede zonificar sin tener que construir tabiques, por ejemplo, mediante cambios de pavimento, colocación de mobiliario, uso de cortinas interiores, biombos, tabiquería ligera de madera o lamas.

6.     Eliminar detalles complejos. Evitar detalles constructivos complejos y minimizar la presencia de molduras, falsos techos o elementos de decoración singular contribuirán sin duda a controlar el presupuesto. Los detalles complejos requieren más dedicación y en construcción el tiempo se traduce en mayores costes de producción. Una simplificación de los detalles conlleva una reducción del coste de la mano de obra, las subcontratas, los honorarios de dirección de obra del arquitecto y los gastos generales de la constructora, al reducirse la supervisión y la necesidad de disponer de instalaciones y equipos auxiliares por un período prolongado.

7.     Usar productos y sistemas modulares y estándares. Cada producto o material tiene unas medidas estándares. Cuando respetamos dichas medidas y lo utilizamos a nuestro favor para modular los espacios, podemos lograr un ahorro considerable en materiales que, de otro modo, tendríamos que cortar y tirar. Recurrir a puertas, armarios y cocinas con muebles de tamaño estándar tendrá también un impacto importante en el presupuesto final de la reforma. 

8.     Reutilizar elementos arquitectónicos y acabados. Reutilizar elementos y acabados, como puertas, ventanas, chimeneas, vigas, columnas o pavimentos, no solo nos permitirá ahorrar en nuestra reforma, sino que además es una práctica sostenible que nos ayudará a configurar espacios únicos y con mucha personalidad. Así, pulir un suelo de madera antiguo o aplicar pinturas especializadas sobre los azulejos de baño o cocina pueden lograr un resultado irreconocible a un precio muy económico.

9.     Apostar por un diseño atemporal y flexible. Esta estrategia está orientada sobre todo al ahorro a largo plazo y no tanto a reducir el presupuesto de construcción. Apostar por un estilo y diseño interior atemporal, alejado de modas pasajeras, incorporar soluciones arquitectónicas adaptables y flexibles y pensar bien durante la etapa de diseño cómo pueden evolucionar nuestras necesidades y estilo de vida a medio y largo plazo darán como resultado una vivienda que será funcional, flexible y duradera por muchos años.

10.     Reducir las calidades de los acabados.

La última estrategia que creemos que se debe poner en práctica es reducir las calidades de acabados, ya que esto no resulta muy efectivo cuando se necesita rebajar considerablemente el presupuesto del proyecto. Así, podemos sustituir una baldosa cerámica de gama alta por otra más económica, pero el coste de la mano de obra para instalar ambas baldosas seguirá siendo muy relevante sobre el coste total. 

Cuando nos tengamos que enfrentar al dilema de aumentar el presupuesto o reducir las calidades, debemos hacernos la siguiente pregunta: ¿A qué estamos dispuestos a renunciar? Casi siempre la reducción de calidades de los acabados será a costa de sacrificar el diseño y la calidad del conjunto del proyecto. Por lo tanto, debemos evaluar qué es más importante para nosotros: si el coste inicial del proyecto, los gastos de mantenimiento, los detalles, la funcionalidad, la durabilidad, etc. y tomar decisiones consistentes con nuestras prioridades. 

En general, lo mejor es encontrar un equilibrio entre materiales asequibles y eficientes, que tengan buena durabilidad y permitan ahorrar en el mantenimiento y consumo energético posterior de la vivienda.

Si estos consejos te han resultado útiles y estás pensando en ponerte en manos de un profesional para empezar la planificación de tu reforma, no dudes en contactarnos. Estaremos encantados de poder ayudarte. 

Nuestro agradecimiento a LBMV Architects, 05AM Arquitectura, Atelier Barda, La Shed Architecture, Bean Buro, 2idArchitects, DC.AD Studio, Keiji Ashizawa, Norm Architects y Arquitectos ARRIBA.